Desde cualquier punto de vista, el Maratón de Nueva York es una producción inmensa. Los más de 50.000 corredores que hacen de este el maratón más grande del mundo. Su ruta los llevará a través de los cinco distritos de la ciudad, desde la línea de salida en Staten Island hasta Brooklyn y Queens, a través del puente de Queensboro hasta el Upper East Side de Manhattan, al norte hasta el Bronx y luego de regreso a lo largo del lado este de Central. Aparca hasta la meta en el propio Parque.
Garantizar que todo se desarrolle sin problemas es una notable hazaña de organización. La carrera depende de un pequeño ejército de voluntarios, que hacen de todo, desde dotar de personal a las estaciones de agua en cada marcador de milla y asegurarse de que los corredores no se pierdan hasta ofrecer experiencia médica.
Donni Katzovicz es un entusiasta de la radioafición que ha sido voluntario en el Maratón desde 2018 a través de Event Hams, un grupo que ha coordinado el uso de la radioafición en el Maratón durante la última década. Explica que la radioafición esencialmente juega dos papeles clave durante el maratón.
El primero es como vía de comunicación que no requiere el uso de canales oficiales. “Obviamente”, dice, “el maratón tiene licencias comerciales de radio bidireccional y su propia infraestructura de comunicaciones. También cuentas con todos los servicios de emergencia locales: FDNY, NYPD, EMS. Y todos tienen sus propias radios y equipos”.
En el nivel más básico, la radioafición es cualquier radio que opera en las bandas de radio reservadas para los aficionados. Como explica Katzovicz, los entusiastas encuentran todo tipo de usos para su pequeño rincón del espectro electromagnético: “El hobby en sí es realmente, realmente, increíblemente amplio y abarca muchas partes diferentes de la ciencia y la tecnología. Algunas personas... tienen walkie talkies de mano y pueden hablar con otras personas autorizadas en su vecindario; otros fabrican sus propias radios o sus propios dispositivos al estilo Rube Goldberg para escuchar y transmitir, y otros se coordinan con organismos civiles locales y brindan comunicaciones de respaldo”.
En un escenario en el que, digamos, toda la ciudad estuviera cortada, los walkie talkies a batería seguirían funcionando bien, mientras que los teléfonos móviles serían inútiles.